El Mediterráneo se ha tragado ya 2.500 vidas en lo que va de año, según el informe que presenta ACNUR, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, con sede en Ginebra, que incluye el recuento efectuado hasta el 24 de septiembre. Se trataba de personas que intentaban alcanzar Europa con la ayuda de mafias de traficantes de personas y que han sido reportadas como muertas o desaparecidas.
El dato constituye un aumento de casi el 50 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado, calcula el jefe de ACNUR, Ruven Menikdiwela, que destaca que «el viaje desde África occidental o oriental y el Cuerno de África hasta Libia y los puntos de partida en la costa es (…) uno de los viajes más peligrosos del mundo».
«Sin embargo, a pesar de sus claros peligros, en 2023 ha habido un aumento en las llegadas a Grecia a lo largo de esta ruta de más del 300%, mientras que el número de llegadas a España se ha mantenido estable, principalmente a través de la ruta atlántica a las Islas Canarias, en comparación con los números registrados en el mismo período del año pasado», ha añadido.
Según cifras de la ONU, un total de 186.000 inmigrantes llegaron a Italia, Grecia, Chipre y Malta entre el 1 de enero y el 24 de septiembre de 2023, 130.000 de ellos a Italia. «Italia no puede manejar sola la avalancha», insiste Menikdiwela, que ha presentado este informe ante el Consejo de Seguridad de la ONU y que ha reiterado la demanda de un mecanismo de redistribución dentro de la UE.
Según la ONU, el mayor número de inmigrantes partió de Túnez con más de 100.000, seguido de Libia, con más de 45.000. Menikdiwela atribuye las elevadas cifras de migración desde Túnez a la «inseguridad entre los refugiados, tras incidentes de ataques por motivos raciales y discursos de odio», así como a las deportaciones colectivas desde Libia y Argelia. «Esto ocurre en el contexto de un deterioro de la situación de seguridad en varios países vecinos de los estados del norte de África», añade. Entre enero y agosto de 2023, 102.000 refugiados iniciaron su viaje a través del Mediterráneo en Túnez y 45.000 lo hicieron en Libia. 31.000 personas fueron interceptadas o rescatadas y llevadas a tierra en Túnez y 10.600 en Libia, siempre según los datos de ACNUR.