A Mayte le diagnosticaron cáncer de mama durante el embarazo de su tercera hija. Le preocupaba haber transmitido el tumor a través de la leche materna a su segundo retoño durante la lactancia, que había sido larga y se había prolongado hasta poco tiempo antes del diagnóstico de su enfermedad. Para disipar dudas, decidió acudir a los especialistas que la trataban en Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Les entregó una muestra de leche que estuvo guardada en su congelador durante más de un año para que la analizaran. «Gracias a ella arrancó nuestro proyecto», señala en declaraciones a ABC la doctora Cristina Saura, responsable de la Unidad de Mama del VHIO, que, junto a la doctora Ana Vivancos, responsable del Laboratorio de Genómica del mismo centro, han impulsado el estudio.
Los investigadores sabían que el cáncer de mama no se transmite a través de la leche materna, aún así, decidieron examinar la muestra de la paciente en busca de marcadores que pudieran ayudarles a estrechar el cerco a la enfermedad. «Para nuestra sorpresa, al analizar la leche hallamos ADN con la misma mutación que estaba presente en su tumor. Si ella no hubiera tenido ese temor y no nos hubiera traído la muestra esta investigación no hubiera arrancado», señala Saura.
Ahora, la revista ‘Cancer Discovery’ publica los resultados de la primera fase del estudio que emprendieron a raíz del descubrimiento, y que se basa en el análisis de las muestras de leche y sangre de 19 pacientes diagnosticadas de este tumor durante el embarazo o tras el parto. En cuatro de las pacientes que participaron no pudo recogerse muestras de leche para analizar, y de las 15 restantes, en un total de 13, la biopsia líquida de la leche dio positivo, y en solo dos el resultado fue negativo. Se da la circunstancia de que en estas últimas el análisis se hizo durante la fase de calostro, la primera leche que produces cuando inicias la lactancia. «Pensamos que se tomó la muestra en una fase demasiado temprana cuando probablemente aún no había pasado suficiente tiempo para que el ADN tumoral se hubiera liberado a la leche«, señala en declaraciones a ABC la doctora Saura.
La investigación constata de forma fehaciente que la leche materna de las pacientes con cáncer de mama durante el embarazo o el postparto contiene ADN tumoral circulante que se augura como «un instrumento eficaz para poder avanzarse a la enfermedad y diagnosticar el tumor en etapas tempranas de la enfermedad». La especialista del VHIO recuerda que estas pacientes suelen tener mal pronóstico porque el diagnóstico se realiza cuando el estadio del tumor ya está avanzado, ya que «técnicamente son más difíciles de detectar y porque, por edad, estas pacientes no entran en programas de cribado poblacional».
«Lo primero que constatamos es que los trozos de ADN que hallamos en la leche se corresponden con los que encontramos al analizar los tumores de las pacientes. El siguiente paso fue comparar los resultados con una biopsia líquida que busca la presencia del cáncer en la sangre. No tendría sentido hacerlo en la leche si se puede hacer con un análisis de sangre. Y aquí llega la parte más interesante del proyecto: en sangre no fuimos capaces de detectar las alteraciones del tumor pero sí los detectamos sí en la leche materna . Esto sucede porque los tumores cuando son tan pequeños aún no han liberado suficiente ADN para detectarlo en sangre, pero parece que en leche sí. Eso demuestra que la leche es mucho más sensible para el diagnóstico«, explica Cristina Saura.
Dos técnicas de análisis
«Analizamos las muestras de leche materna y de sangre a través de dos técnicas, Next Generation Sequencing (NGS) y Droplet Digital PCR (ddPCR)» explicaVivancos. «Y comprobamos que en la leche materna existe ADN circulante libre de origen tumoral. Fuimos capaces de detectar mutaciones presentes en el tumor de pacientes con cáncer de mama en su muestra de leche materna en 13 de las 15 pacientes analizadas. Mientras que, en las muestras de sangre recogidas en el mismo momento, sólo se detectó el ADNct en una de ellas», añade la especialista.
«Hemos demostrado por primera vez que la leche materna obtenida de pacientes con cáncer de mama contiene ADNct suficiente para detectarlo a través de biopsia líquida y que este ADNct se puede detectar incluso antes de que el diagnóstico de cáncer de mama se pueda realizar mediante una prueba de imagen convencional», afirma Saura.
«Nuestro siguiente paso para dar una utilidad práctica a este descubrimiento fue diseñar un panel genómico basado en NGS como posible método de diagnóstico precoz en cáncer de mama» afirma la responsable del laboratorio de Genómica del VHIO. En base a datos públicos, las investigadoras del estudio diseñaron el panel de genes VHIO-YWBC que permite detectar las mutaciones más frecuentes presentes en mujeres con cáncer de mama diagnosticado antes de los 45 años. El panel tiene «una sensibilidad de más del 70 por ciento. Es decir que, de las muestras de nuestras pacientes analizadas con este panel, se hubieran detectado 7 de 10 casos con una especificidad del 100 por cien».
Como la ‘prueba de talón’ pero para la madre
«Este panel podría servirnos en el futuro como método de diagnóstico precoz de cáncer de mama en el postparto» explica la responsable de la Unidad de Mama del VHIO. «De la misma manera que se realiza la prueba del talón a todos los recién nacidos, se podría plantear recoger una muestra de leche materna a todas las mujeres tras el parto para realizar un screening de cáncer de mama».
Uno de los casos de mujeres de alto riesgo incluidas en el trabajo refuerza aún más esta idea de utilizar el panel de genes diseñado y la biopsia líquida de leche materna para adelantar el diagnóstico precoz del cáncer de mama. Se trataba de María Teresa, una barcelonesa sana que al quedarse embarazada de su primer hijo a los 46 años quiso participar en el estudio. A los 18 meses de tener a su vástago fue diagnosticada de cáncer de mama gracias a las ecografías mamarias que se hacían en el seguimiento del estudio.
«Le tomamos las muestras de sangre y leche a los ocho y a los once meses, cuando le realizaron también las ecografías de seguimiento. Sin embargo, no fue hasta los 18 meses del parto en la tercera ecografía de control cuando se detectó la enfermedad. Fue entonces cuando aceleramos el análisis de las muestras de sangre y leche», explica a ABC Cristina Saura.
«Analizamos las muestras de sangre y leche materna y comprobamos que la mutación que estaba presente en el tumor de la paciente ya estaba presente en la leche materna de la mama afectada a los once meses tras el parto, 6 meses antes del diagnóstico hecho por ecografía mamaria. Ni en las muestras de sangre ni de leche de la mama sana detectamos la mutación y, por tanto, podríamos haber diagnosticado el tumor seis meses antes con el uso de esta técnica» concluye Carolina Ortiz, investigadora del grupo de cáncer de mama de VHIO y firmante del articulo como primera autora junto a Saura.
Segunda fase: estudio con 5.000 mujeres sanas
El siguiente paso para confirmar la utilidad del uso de leche materna como una nueva herramienta de biopsia líquida para la detección precoz de cáncer de mama en el postparto es realizar esta prueba no invasiva a miles de mujeres. En base a los resultados que hoy se publican, VHIO iniciará un estudio con el objetivo de recoger muestras de leche materna de 5000 mujeres sanas a nivel mundial que se hayan quedado embarazadas con 40 años o más, o de cualquier edad que sean portadoras de mutaciones que aumentan su riesgo de padecer cáncer de mama (BRCA1, BRCA2, PALB2, RAD51C/D)
«Nuestros resultados abren la puerta para el futuro uso de la leche materna como una nueva fuente de biopsia líquida para la detección precoz de cáncer de mama en el posparto a través de una técnica no invasiva», apunta Saura. «Antes de que esta técnica sea llevada a la práctica, se deben confirmar estos resultados en un número mayor de pacientes, pero los resultados que hoy se publican son esperanzadores y ofrecen una potencial nueva herramienta para el diagnóstico precoz de cáncer de mama en una población especialmente sensible de mujeres jóvenes y madres. El mejor modo de seguir aumentando la supervivencia de pacientes con cáncer de mama y curar más, es detectándolo cuanto antes y esta es una nueva estrategia que nos podría ayudar mucho en este sentido», concluye.
En cancer metastásico, biopsia en sangre
La biopsia líquida en sangre se utiliza actualmente en mujeres con cáncer de mama metastásico para la detección o seguimiento de algunas mutaciones, pero tiene poca sensibilidad todavía como herramienta para diagnóstico precoz o en la predicción de recaídas ya que se necesita una cantidad de ADN tumoral circulante muy elevada en la sangre para ser detectado. En los últimos años se ha desarrollado también la biopsia líquida en orina para detectar cáncer de vejiga o en la saliva para cáncer de cabeza y cuello. «Así que pensamos que, por proximidad al tumor, la leche materna podría ser una fuente alternativa para detectar el tumor a través de biopsia líquida» afirma Ana Vivancos.
«Los cambios fisiológicos que ocurren en la mama durante el embarazo y el postparto hacen que los tumores sean más difíciles de detectar; también hemos observado que biológicamente los tumores en el postparto son más agresivos y las mujeres se quedan embarazadas en edades en las que aún no se hace cribado poblacional con mamografía. En España, por ejemplo, no se empiezan estas revisiones hasta los 50 años», añade Cristina Saura.
«Esta investigación ha sido posible gracias a la implicación de las pacientes con cáncer de mama y las diferentes iniciativas de mecenazgo que han dado soporte al proyecto, entre las que destaca El Paseíco de la Mama entre otras que nos permitieron empezar este estudio desde cero», subraya la especialista. «Gracias a ellas hemos sido capaces de generar los datos preliminares del estudio y presentar después el proyecto a convocatorias de becas competitivas. «Actualmente, contamos con más de 300.000 euros conseguidos a través de becas competitivas de la Fundación FERO, Fundación La Caixa, Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Asociación Española Contra el Cáncer apoyada por Loterías y Apuestas del Estado, ISDIN y FIS (del Instituto de Salud Carlos III) para seguir adelante con esta investigación». puntualiza la experta en cáncer de mama. También cuenta con el apoyo del Programa CERCA de la Generalitat y del Programa Severo Ochoa financiado por la Agencia Estatal de Investigación.