A más de 8.700 kilómetros de Murcia, en el popular barrio de El Calvario de Chinandega, al oeste de Nicaragua, lloran la tragedia ocurrida este domingo en la discoteca murciana La Fonda Milagros, que se ha saldado con 13 fallecidos, nueve de ellos familiares y amigos del nicaragüense Eric Hernández, que celebraba su 30 cumpleaños, el cuarto que pasaba en España.
Eric, su madre, Martha, y su hermano Sergio han muerto; también Tania y su esposo, John, además de la pareja del protagonista del cumpleaños, de nombre Orfilia. «Es muy duro», dice con la voz rota por el llanto Inés, una tía de Eric, que compartió con ellos la cena previa de celebración, pero que no se sumó a la fiesta en la discoteca.
Una semana antes, Eric había enviado la invitación a su cumpleaños a una veintena de allegados por medio de un mensaje de WhatsApp. El plan era cenar primero y después irse de fiesta. Había reservado el palco VIP número 18 de La Fonda Milagros, situada en Las Atalayas, donde se presume que se originó el fuego que hizo colapsar la estructura rápidamente del local y que se propagó a las discotecas vecinas Teatre y Golden.
«Yo no fui (a la discoteca). Me vine a mi casa y a las 7 de la mañana me llamó mi cuñada comentándome del incendio, porque otro sobrino (Walter) acababa de bajar de ahí, sintió el olor a humo», relata Inés. Ella se despidió de sus parientes a las 12 de la noche y seis horas después, dice, despertó con «la peor noticia». Lo más duro, explica, es sobrellevar el peso de esta pérdida cuando a miles de kilómetros sus familiares, incluido el padre de Martha y abuelo de Eric y Sergio, le piden saber qué pasó.
«De allá (Nicaragua) nos están llamando para saber lo que pasa, yo solamente les repito que no sé nada y trato de explicarles que, como fue un incendio (por la identificación de los cuerpos y la posterior entrega a las familias), va para largo. Les digo que no puedo dar ninguna información. Están en vilo, igual que nosotros», lamenta.
Tres lustros en Murcia
En el barrio de El Calvario, de Chinandega, donde los familiares de Eric, Martha y Sergio ahora aguardan cualquier información que les reconforte, hace 19 años comenzó el sueño de los Hernández para perseguir una vida mejor en España. Inés fue la primera y Martha la siguió cuatro años más tarde. Llevaba ya tres lustros viviendo en Murcia.
Martha trabajaba en el país centroamericano para una compañía financiera y, cuando perdió el empleo, decidió emigrar con la idea de buscar mejores oportunidades para sus cuatro hijos. Su mayor orgullo era que había conseguido traerlos a todos a España. Eric y Sergio fueron los últimos, hace 4 y 3 años, respectivamente.
«Martha estaba completa, siempre decía eso porque ya tenía hasta a sus nietos acá», cuenta Inés este lunes mientras permanecía a la espera de las orientaciones de los servicios de asistencia que las autoridades murcianas han dispuesto para los familiares de las víctimas.
«Somos una familia grande acá en Murcia, porque poco a poco se han ido sumando hijos, primos, sobrinos y hasta nietos», añade para explicar que los Hernández «han hecho vida» en España, donde ahora les ha tocado ser protagonistas del incendio más trágico del ocio nocturno en Murcia y uno de los más mortíferos ocurridos en el país en una discoteca desde 1990, cuando murieron 43 personas en el local ‘Flying’S de Zaragoza.
Inés esperaba este lunes al amanecer en Nicaragua, con una diferencia de ocho horas, para volver a contactar con su familia en Chinandega: la hermana mayor de Martha, su padre, primos y sobrinos.