septiembre 27, 2023

Lo que tenía que ser una fiesta para celebrar el 50 cumpleaños del ministro belga de Justicia, Vincent van Quickenborne, se ha convertido en los últimos días en una auténtica pesadilla para el político flamenco. La meada de algunos de sus amigos contra un furgón policial durante una fiesta privada el pasado 14 de agosto lo ha puesto contra las cuerdas en lo que la opinión pública ya ha dado en llamar el ‘pipigate’.

El escándalo ha sido mayúsculo en Bélgica después de que algunos medios publicaran imágenes de varias cámaras de seguridad que mostraban a tres de los invitados de Van Quickenborne orinando contra el furgón de la Policía destinado a proteger la residencia del ministro.

La oposición y los sindicatos policiales han manifestado su indignación con lo ocurrido y con las imágenes en las que presuntamente se ve al ministro imitar las acciones de sus invitados y bromear al respecto, algo que ha negado tajantemente.

El titular de Justicia ha asegurado este jueves en una comisión específica del tema en el Parlamento belga no tener conocimiento de que sus tres amigos habían orinado contra el vehículo durante la fiesta. Igualmente, ha negado haber bromeado al respecto posteriormente y ha asegurado que en las imágenes está tocando una guitarra imaginaria.

«Puedo decir que, al igual que ustedes, me enteré de estos actos reprobables por la prensa, cuando estaba de vacaciones con mi familia en agosto. Me avergüenza que personas a las que había invitado hayan orinado tres veces contra un furgón de la Policía. Es repugnante, es inaceptable», ha enfatizado en su comparecencia en comisión, en la que ha pedido disculpas a los agentes.

La televisión pública flamenca VRT asegura que el ministro sí era consciente de los hechos. En base a las grabaciones, la cadena defiende que, horas después de la micción de los invitados, el titular de Justicia sale a la calle y hace el gesto de orinar, aunque no queda claro si llega a hacerlo.

Van Quickenborne ha reconocido que la situación es especialmente flagrante dado el motivo de la presencia de la Policía junto a su casa. Se refería al hecho de que tiene protección las 24 horas del día tras un intento fallido de secuestro el año pasado y después de haber recibido amenazas por parte de traficantes de droga.

Por su parte, la oposición no ha dudado en criticar el coportamiento de Van Quickenborne. «La imagen del Estado, tanto a nivel nacional como internacional, ha sido dañada. Sin duda habrá cosas que reparar en términos de credibilidad de nuestro país», ha dicho el socialista Ahmed Laaouej.

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