
Benidorm diseña incluso la decoración de su urbanismo callejero en torno al turismo, su actividad económica fundamental. El último elemento que queda a la vista de los visitantes es un par de estatuas monumentales con un original leit motiv: simbolizan de alguna manera uno de los activos básicos como destino de sol y playa, el agua, el mar, auténtico tesoro para sus vecinos y empresas.
El Ayuntamiento de Benidorm ha iniciado este jueves el montaje de ambas esculturas metálicas de gran tamaño con peculiaridad de sostener sobre sus cabezas una gota de agua de grandes dimensiones. Todo un icono.
Estas piezas vienen a completar la reurbanización de la parte alta de la avenida de Beniardà, en el tramo que discurre sobre el nuevo túnel para soterrar el tráfico rodado y salvar el paso a nivel del TRAM.
Las dos esculturas están realizadas en hierro, tienen siete y seis metros de altura y un peso cada una de ellas que supera la tonelada. Representan dos figuras humanas, un hombre y una mujer, enfocadas cada una en una dirección para recibir o despedir a las personas que utilizan esta vía para entrar o salir de la ciudad.
«Homenaje» a uno de los bienes «más preciados»
En ambos casos, tienen las manos alzadas y sostienen sobre sus cabezas una gran gota de agua, en lo que pretende ser un homenaje de Benidorm a este elemento, uno de los bienes «más preciados y más valorados» para el municipio, como ha destacado Pérez.
Sobre la temática de la obra, el alcalde ha señalado que «no podía ser de otra manera, en la avenida de Beniardà, a escasos metros de la planta potabilizadora desde la que se distribuye el agua que se bebe en el municipio y frente al inicio de la avenida de José Ramón García Antón. Indudablemente, el agua tenía que ser el eje central».
El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, ha visitado los trabajos acompañado de otros miembros del equipo de gobierno municipal, personal de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana y del autor de las dos obras escultóricas, el escultor Toni Marí, natural de Xàbia.
Para el también presidente de la Diputación de Alicante, desde un punto de vista funcional, la colocación de ambas esculturas «aporta un valor añadido a una obra que ha venido a transformar por completo y a enriquecer todo este entorno», donde hasta hace muy poco tiempo «confluían las vías del tren y la circulación rodada, generando frecuentes retenciones de tráfico y molestias a los vecinos» y donde ahora «se han generado espacios verdes y favorecido el tránsito peatonal para el disfrute de la ciudadanía».