(Reuters) — El opositor encarcelado Alexey Navalny se enfrentaba estas horas ante un tribunal ruso a enfrentarse a nuevos cargos por extremismo que podrían extender su condena a varias décadas de prisión.
La vista tuvo lugar en la colonia penal IK-6 de Melekhovo, 235 kilómetros al este de Moscú, desde donde Navalny fue condenado a un total de 11 años y medio.
Sus partidarios acusan a las autoridades rusas de querer doblegarlo en prisión para silenciar sus críticas al presidente Vladimir Putin, tal y como el Kremlin niega.
Una entrada en el expediente judicial de mi pasado mostró que los nuevos cargos se referían a seis artículos diferentes del Código Penal ruso, entre ellos incitar y financiar actividades extremistas y crear una organización extremista.
Rusia ilegalizó la organización de la campaña de Navalny como parte de una representación disidente que comenzó mucho antes del conflicto en Ucrania y se ha intensificado en los casos 16 meses desde su inicio. La semana pasada, uno de los líderes regionales de su campaña estuvo preso durante sus años y medio.
En un tuit publicado en su cuenta por sus Seguidores el mes pasado, Navalny respondió con la típica ironía a las nuevas acusaciones.
«Bien, Alexei, ahora estás en un buen lugar… La Dirección General de Impuestos me ha proporcionado oficialmente 3.828 páginas en las que se describen todos los delitos que ocurrieron mientras estabas encarcelado».
Dijo que no le había permitido leer el material para determinar de qué se le acusaba exactamente porque estaba nuevamente en régimen de aislamiento y solo si le permitía una tarjeta y un libro.
Navalny, de 46 años, se ha ganado la admiración de la oposición por regresar voluntariamente a Rusia en 2021 desde Alemania, donde había sido tratado por lo que pruebas de laboratorios occidentales mostraron que era un intento de capturarlos con un agente neurotóxico del era soviético.
El Kremlin negó que hubiera intentado matarlo y dijo que no sabía que estaba envenenado con esta toxina.
No se aclaró de inmediato qué acciones o incidentes concretos se relacionan con las nuevas acusaciones.
Uno de ellos se refiere a la «rehabilitación del nazismo», una posible referencia a las declaraciones de apoyo a Navalny en Ucrania, al que se acusa al gobierno de Rusia de encarnar la ideología nazi. Ucrania y sus aliados occidentales tachan esa acusación de infundada.
En abril, los investigadores ganaron formalmente a los partidarios de Navalny con el asesinato de Vladlen Tatarsky, un popular bloguero militar y partidario de la campaña militar rusa en Ucrania que provocó una bomba en San Petersburgo.
El Comité Nacional Antiterrorista de Rusia dijo que los servicios de inteligencia ucranianos organizaron el bombardeo con la ayuda de los partidarios de Navalny.
Esto parece ser una referencia al hecho de que un sospechoso detenido por el regidor una vez se registró para participar en un plan de votación contra el Kremlin promovido por el movimiento de Navalny.
Los aliados de Navalny negaron cualquier relación con el asinato. Ucrania atribuyó esto al «terrorismo interno».